Ya sean los gatitos o los perritos, cuando nacen tienen unas necesidades especiales que necesitan ser prevenidas.
En las primeras horas después del nacimiento, los cachorros de ambas especies tiene que tener acceso al la leche materna, para que de este modo, puedan recibir el calostro, que consiste en una porción especial de leche materna que es mucho más rico en factores que van a ser importantes para garantizar las defensas de los cachorros en los primeros meses de vida. Si no tuvieses acceso al calostro, los cachorritos estarán prácticamente indefensos, pues su sistema inmunitario no será capaz de resistir y combatir los agentes infecciosos con los que contacte.
En los primeros dos meses de vida, salvo raras excepciones, los cachorros deben ser mantenidos junto a las progenitoras y los hermanos y deben estar aseguradas las condiciones de higiene y desparasitación. Es normal y hasta deseable que en esta fase las madres estimulen la zona genital de los cachorros y que puedan ingerir parte de sus heces. Después de las ocho semanas los cachorros pueden ser separados del resto de la camada y revisados por un veterinario para establecer el plan de desparasitación y vacunación.
Se debe garantizar una alimentación adecuada y aquí creo necesario hacer un pequeño apunte. Todos sabemos que la vida no es tan fácil y que algunos piensos comerciales de calidad superior pueden tener un precio elevado. Sin embargo, si hacemos bien las cuentas, la cantidad que tenemos que dar diariamente, nos daremos cuenta que estamos hablando de costos aceptables y que en el futuro veremos que estamos haciendo una buena inversión. Resumiendo, por lo menos, durante la fase de crecimiento, que en algunas razas puede ir hasta los 12 meses, debemos investir en un pienso de buena calidad.
Durante la fase de crecimiento, los cachorros deben ser sociabilizados tan pronto como sea posible (salidas a la calle, relacionarse con otros perros y personas…) y debe iniciarse su educación.
Si seguimos estos principios, veremos resultados positivos garantizados. Si atendemos a tres principios básicos: salud/profilaxia, alimentación y educación/sociabilización estaremos en el camino correcto para criar un cachorro feliz y que pueda ser parte activa de la vida de su dueño en el futuro.